Atravesar

No quiero.
Quiero llorar.
Tengo miedo.
Pánico.
Muero.

Repetí esas cinco oraciones, mínimo, unas diez veces durante el día.
"No quería" hacer nada de todo lo que en realidad sí quería hacer.
Y (y no digo "pero") como aprendí que justamente es por ahí, lo hice igual.
Fui una mujer segura, valiente y poderosa. Nada más y nada menos que MI contrato.
Y qué contrato. Pienso y pienso y es claramente el mío. Qué lindo.
Soy Feliz. Sonrío a cada paso, a cada logro, a cada "NO", a cada traba.
¿Qué importa? Si voy a llegar. Voy a llegar hasta donde quiera llegar.
Y, hoy, quiero llegar lejos. VOY a llegar lejos. Lejos... ¿Qué es lejos?
Voy a llegar a Inglaterra. En julio.
Voy a llegar a ver los ojos repletos de emoción de quienes asista.
Voy a llegar a una gran suma, una que jamás antes hubiera creído poder juntar en una semana.
Voy a llegar a crear el vínculo que declaré generar con quienes declaré hacerlo.
Voy a enrolar... Desde la amorosidad.
Voy a mirar con todo el amor y la comprensión posible a "mi mundo".
Me veo. Me valido. Me elijo.

Tengo el corazón repleto de amor y pasión por todo lo que quiero lograr... Por todo lo que voy a lograr.
Tengo el corazón en la mano, latiendo... Fuerte. Ansioso.
Hoy acciono desde la liviandad y alegría.
Hoy enrolo desde la niña que -claramente- siempre tendré adentro mío.
Enrolo con globos y corazones.
Enrolo desde la amorosidad y dulzura.

Queda atrás -o se ve menos- la nena caprichosa, enojada...
Hoy soy la mujer valiente, segura y poderosa que declaré ser hace caaaaaasi un mes.
Y hoy veo todo más posible que nunca.
Todo es posible.
Todo.

Gracias, Universo, por una nueva oportunidad.